Muchos hemos podido notar lo hermética que ha sido la cantante para exponer en las redes a sus hijos Mathew y Sabrina estos niños de 8 y 12 años respectivamente.
En sus redes disfrutamos de una Thalía juguetona, atrevida y sexi, pero con poca visualización de sus hijos, nos imaginamos que, por ser pequeños y madre joven, quería protegerlos. Sin embargo, ya las crías algo más creciditas, les ha dado espacio, pero desde su cuenta y con ella a la exposición de los pequeños.
Losa hemos visto con un sinfín de filtros, de vacaciones, haciendo piruetas, caras y payasadas.
Como buena mexicana, nuestra antigua y famosa Marimar, se ha destacado como una madre no solo protectora de sus hijos, sino una gran compañera de juegos, gustos y momentos. Tiene una estrecha relación con su hija mayor que le cuenta hasta los más íntimos secretos y ahora en la pre adolescencia nos comemos las uñas queriendo conocer los pensamientos, gustos y travesuras de esta chiquilla hija de la fama y del éxito.
Matthew es un chiquillo alegre y divertido, un consentido del corazón de su madre, a quién se le hace imposible saber acuál delos dos amosmás, como le pasa a la mayoría de las madres.
Para Thalía lo importante es enseñarles a los niños el valor de la familia a través de esos tiempos de calidad que con ellos pasa.
Lamentamos que estos chiquillos no puedan disfrutar de sus tías, ya que o viven en el exterior o son como perros y gatos.
Imaginamos que esta familia tuvo paz y unión en algún momento de sus vidas, algún día tuvo que existir acuerdo y cordialidad entre las hermanas, ya que siempre hemos tenido que ver patéticas trifulcas entre ellas, especialmente Laura Zapata y Thalía. Hemos presenciado peleas con el cuidado de la abuela que este año cumplió 101 años y aún le da la vuelta a la vereda.
Sin embargo, en la muerte de Doña Yolanda, mujer elegante, sobria y amable, pudimos ver algo extraordinario, en pleno funeral, mandaron a retirar a todas las personas, quedándose solo los más allegados, Ernestina Sodi, la hermana de la cantante y actriz arrastro a juez, testigo y familia y delante del féretro juro amor eterno al empresario ypolítico Mauricio Camps, lo que muchas personas vieron como un sacrilegio, ellos lo consideraron como una muestra de gran amor a su difunta madre.
Pero lo más hermoso fue saber que el paso siguiente de una lamentable muerte, fue la reconciliación de las hermanas, una vez escuche que para que haya bendición, alguien tiene que morir, y parece haber sido así en este caso.
No hemos visto más desacuerdos, pero tampoco pugnas entre ellas.
Siempre es lamentable ver a hermanos enfrentándose,pero ver que hermanas ricas y famosas no se toleren y expongan lo peor de sus sentimientos así en público es triste, esperamos que no solo la reconciliación sea permanente, sino que el entendimiento y amor de hermanas se re-establezca, porque seguro Doña Yolanda y Doña Yolanda, jamás quisieron ver a sus hijas enfrentadas la una con la otra.